Dalí desarrolló al máximo el surrealismo, además de ser uno de los más asombrosos y originales de la tendencia. Pero antes, exploró el campo del impresionismo, o post- impresionismo, que tan fuertemente influía en los artistas de los años 20. Cuando los colores llegaron a sus manos pidiéndole una versión propia de este atractivo estilo, él no los defraudó. Los colocó difusos, expresivos como una lágrima emborronando la mirada, pero llenos de brillos deslumbrantes. Estas pinturas de trazos gruesos vibra de vida. El color embelesa por su brío y dinamismo. Dalí sabía deslumbrar allá donde pisaba con sus pinceles. Su huella de artista es demasiado grande como para no sobresalir, incluso en los tanteos de su aprendizaje como pintor.
He aquí un Dalí un poco menos conocido:
Y husmeando entre sus conocidos cuadros, encontré estos otros, también menos famosos, y un poco más silenciosos. El sello daliniano que juega con el absurdo sigue presente, pero la extrañeza que provocan, es, a mi juicio, más natural, menos efectista. Me recuerda a la pintura metafísica, de la que también él extrajo su inspiración. Sus visiones, una vez más, son tremendamente arrolladoras e inusuales, pero esta vez no golpean las retinas, sino que las llaman quedamente, con lirismo de cuerdas bajas y alguna que otra flauta soplada en el vacío.
¿Qué historia hay tras este carro fantasma que recorre las polvorientas llanuras? ¿Hacia dónde se dirige?
Pinturas de arriba a abajo:
Paisaje de Cadaqués
Cadaqués de espaldas
Paisaje de Cadaqués
Paisaje de Cadaqués
Portodogue y el monte Pani desde el ayuntamiento
Paisaje de Cadaqués
El carro fantasma
Paisaje con mariposas
Las Pirámides y la esfinge de Gizé
Imagen mediumnica
El sentimiento de la velocidad
El horizonte olvidado
Composición. Retrato de Mrs. Evan Kolsman
Aparición en la ciudad de Delft
Aparición de mi prima Carolineta en la playa de Rosas
Aparición de mi prima Carolineta en la playa de Rosas