Isabel Guerra/Johannes Vermeer. La luz y el silencio.

Johannes Vermeer (1632-1675)

 

 

 Johannes Vermeer. Biografía: http://es.wikipedia.or

Inevitable para mí comparar a estos dos grandes pintores, lejanos entre sí en el tiempo, pero unidos por su tratamiento y sentimiento de la Luz. Y digo Luz en mayúsculas, porque ella sublima cada escena, las envuelve con una belleza que transciende la cotidianeidad, produciéndonos una sensación de encantamiento estático y contemplativo.

Los detallados objetos cobran tanta importancia como el tema central, especialmente en Veermer. «Llenan» el espacio con su presencia y nos hablan del pequeño mundo privado del retratado. Forman el escenario; un escenario vivo de cosas que han sido usadas una y otra vez, queridas, entrañables.

En ambos pintores se aprecia una especie de soledad satisfecha en los personajes; un intimismo cálido; como si una cámara oculta estuviera grabando el grato ensimismamiento de una persona.

Es tan hermoso ver en estos lienzos  cómo se posa finamente la luz sobre las personas y las cosas. Y cómo, pausadamente, los envuelve en su silencio.

 

Isabel Guerra 

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ISABEL GUERRA. LA MONJA PINTORA. Artículo de Zenda Caballero

Desde que en 2005 vi por primera vez un cuadro de Isabel Guerra, he procurado seguir su trayectoria artística fascinada por su habilidad innata para plasmar un pensamiento en sus lienzos. La pintora de la luz como la llaman nació en Madrid en 1947, hija única muy deseada pues sus padres tardaron 10 años en concebirla, despertó a la vocación artística a los 12 años casi al mismo tiempo que a la vocación religiosa. Ingresó en el Monasterio cisterciense de Santa Lucía en Zaragoza a los 23 años y desde entonces su arte se ha centrado en plasmar todo el amor que siente por la vida con tal realismo, que transporta al observador al mundo de luz que la envuelve.

Ella dice que busca en cada cuadro la belleza, la luz, la bondad, la verdad y la hermosura con mayúsculas. Cada cuadro tiene su propia historia, su vida y en cada uno pone todo su corazón.

Miembro de honor de la real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo y de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis, su cuadros se cotizan entre 2.000 y 10.000 € y suele exponer cada dos o tres años para deleite de todos nosotros.


Zenda Caballero:

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(Fragmento de una entrevista:)

P. Isabel, ¿qué le transmite esa realidad que ve cuando sale al exterior?, ¿le gusta?

R. ¿Este mundo convulso y violento que vivimos? Yo creo que no puede gustarle a nadie. Intento luchar dando pistas de todo lo contrario: luz y esperanza. Hay otros que luchan con el testimonio, utilizando el arte como un espejo de la violencia. Yo intento transmitir una fórmula que evite que la violencia se apodere de nosotros.

P. ¿El arte no ha de servir para transmitir los sentimientos que lo real provoca en el artista?

R. Yo me baso en lo real, no invento mis imágenes, pero llamo la atención sobre la paz y la luz, que sí está entre nosotros. Por ejemplo, ahora mismo estamos aquí bien, a gusto, sin violencia: luego es un mundo posible, y eso es lo que intento demostrar: que no está todo perdido, que la situación no es irreversible, que no estamos en el camino a la distorsión absoluta de la Humanidad. No, es posible encontrar caminos de belleza. Esto es lo que intento decir, y hay quien lo recoge

( Por Elena Pita